martes, 20 de septiembre de 2016

Aquilegia vulgaris L. subsp. vulgaris (Fam. Ranunculaceae) - Aguileña, aquileña, palomilla, ...

 
 
Lugar: Valle de Pineta – PN Ordesa y Monte Perdido (Huesca) / 
Garganta de El Trampal - Sierra de Gredos (Ávila)


Nombre vulgar: aguileña, aquileña, clérigos, pelícanos, palomilla, palominera, pajarilla, manto real, flor de los celos, capa de rey, frailes boca abajo.

Floración: de abril a agosto.

Crece: bosques, matorrales, pastos, bordes de arroyos y, en general, lugares frescos; 0-2000 m.

Distribución: centro, norte y este peninsular.

Observaciones: su nombre procede de aquelegus (que toma agua) o de (aquila) por el aspecto de las flores. Antiguamente las semillas se emplearon para hacer perfumes afrodisíacos y se dice que las cortesanas las masticaban para ejercer mejor su oficio. Las vestales romanas (vírgenes consagradas) tenían prohibido el contacto con esta planta. Fue cultivada en los jardines medievales. La casa de Guisa, en la Francia renacentista, hizo de esta flor su escudo de armas. Los contrabandistas navarros la usaban como amuleto cuando iban a cruzar la frontera.

Es antipirético, astringente, depurativo, diurético, diaforético, urocolítico. Externamente puede aplicarse en compresas, como antiflogístico, en los casos comunes de dermatosis. Se ha usado en homeopatía para trastornos nerviosos.

El envenenamiento produce la muerte por parálisis cardiaca o respiratoria. Produce síntomas como los del acónito, hormigueo en la boca y en la piel, agitación, pulso débil, descoordinación, vómito, diarrea, convulsiones y muerte.

Las semillas, molidas y maceradas en aceite de oliva, se ponen en la cabeza para repeler los piojos.






Palabras clave: hierba, flores azules, lilas, espolón, espolones, vainas.

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