Lugar: paraje Ruta del Cares – PN Picos de Europa (Asturias)
Nombre vulgar: avellano,
avellanero.
Floración: de enero a abril, a veces en pleno invierno.
Crece: en las laderas, fondo de
valles fluviales, hoces y barrancos, principalmente en sitios umbrosos y
frescos, no ascendiendo generalmente por encima de los 1500 m. Requiere un
clima sin sequías estivales muy acusadas y se asocia frecuentemente a tilos,
arces, fresnos, robles, etc., formando muchas veces una orla arbustiva en torno
a robledales e incluso en los hayedos; 0-1900 m.
Distribución: en la Península
Ibérica se encuentra principalmente en la mitad septentrional: Pirineos, País
Vasco, Asturias, Cantabria, Sistema Ibérico, Maestrazgo, etc.; se hace muy rara
hacia el centro o sur (llega hasta Sierra Nevada).
Observaciones: se cultiva como
ornamental.
Se cultivan con frecuencia para
aprovechar sus frutos, que son muy apreciados en repostería, para los chocolates,
como frutos secos, etc. El aceite encuentra interesantes aplicaciones en
alimentación y en las industrias de pinturas, lubricantes, etc.
Las ramas de avellano son largas
y muy flexibles, por lo que se han empleado para la confección de cestos y canastos;
las más gruesas para formar los aros de los toneles, y también para quemar,
pues es muy buen combustible; y para fabricar carbón. En medicina se han
empleado la corteza y hojas, que son ricas en taninos, como astringentes, para
detener las diarreas y hemorragias, y para elevar la tensión sanguínea. Los
amentos masculinos, como sudoríficos, en forma de infusión o cocimiento, y el
cocimiento de la cáscara de avellana contra la retención de orina; las
avellanas se han usado en medicina popular para el efecto contrario,
afirmándose que evitan que los niños se orinen en la cama.
El avellano está protegido por la
ley en Andalucía y en la Comunidad de Madrid.
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