Lugar: Cabañas
del Castillo – Villuercas (Cáceres)
Nombre vulgar: aliso, alno, umero, omero, vinagrera.
Floración: de
febrero hasta abril.
Crece: márgenes de ríos y riberas, fondos de valle, lugares
inundados y laderas húmedas; 0-1700 m.
Distribución: común en la
Península, excepto en las provincias más secas.
Observaciones: es adecuado para repoblar en terrenos pobres y
encharcados. Es de crecimiento rápido, rebrota bien de cepa y puede vivir como
máximo unos 100 años.
La
madera es muy clara al cortar el árbol, pero luego toma una tonalidad rojiza o
pardo-anaranjada; es ligera, de grano fino, con anillos de crecimiento bien
marcados y no muy dura; toma bien el pulimento y se descompone con facilidad en
contacto con el aire, pero sumergida en agua es muy duradera, por lo que se ha
empleado para postes y pilotes de las obras hidráulicas y antiguamente para las
casas construidas dentro del agua, como en Venecia, donde se empleó madera de
aliso.
En
la actualidad, su principal aplicación es en contrachapados y para pequeños
usos industriales; mangos de cepillos, juguetería, herramientas, etc. Da uno de
los mejores carbones para la fabricación de pólvora. La corteza de aliso es muy
rica en taninos y se ha empleado por ello en medicina popular como astringente,
en forma de gargarismos, para las inflamaciones de la boca y amígdalas, para
endurecer las encías; y, por el mismo motivo, para curtir los cueros. Como
febrífuga ha servido de sucedáneo de la quina. Con limadura de hierro se hacía
antiguamente una infusión de su corteza que servía a los tintoreros,
sombrereros y curtidores para teñir de negro y con ella se han sustituido las
agallas para la fabricación de tinta, para lo cual se han empleado también las “piñas”,
ricas igualmente en taninos.
Las
hojas recién cogidas se recomiendan para aliviar los pies doloridos, a cuyo
efecto se colocan dentro de los zapatos, en contacto directo con la planta del
pie; para el reumatismo y la ciática aconseja Quer acostar al enfermo sobre una
capa de hojas de aliso calentadas suavemente al horno o al sol, para lo cual se
extienden en la cama, se acuesta al enfermo, se coloca otra capa de hojas y una
buena manta, actuando el aliso como un excelente sudorífico; en cataplasmas, se
han empleado para inhibir la secreción láctea.
Palabras clave: árbol, hojas simples redondeadas, frutos piñas
pequeñas, ribera, río.
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